Un proyecto de tecnología se inicia para resolver un problema concreto y por tanto debe tener resultados medibles en parámetros tales como costes, eficiencia, ventas, atención al cliente o seguridad. Para que esto sea posible, la solución tecnológica debe plantearse con el objetivo de dar respuesta a una necesidad de negocio como las mencionadas, debe utilizarse por la organización de forma correcta y debe estar disponible siempre que se necesite.
Los servicios son sin duda el factor diferenciador de una oferta de compra de tecnología, ya que son los que consiguen que un proyecto sea rentable o no, que se resuelva un problema o que la inversión sea inútil. La tecnología es sólo la herramienta que debe soportar una solución funcional y rentable a un problema de la organización.