A la hora de implantar un ERP o CRM a menudo se plantea por la necesidad de suplir otra aplicación obsoleta o cubrir la necesidad de un crecimiento interno y apostamos por este cambio de aplicación debido a su capacidad.
Es decir, las palancas de cambio o justificación se basan normalmente la obsolescencia o la falta de capacidad ante cambios planificados o quizás mayormente no planificados.
Una vez evidenciada la necesidad es cuando financieramente se da luz verde a la búsqueda de solución. Estamos evidentemente ante un modelo reactivo.
En los últimos años se ha hablado hasta la saciedad sobre transformación digital, sobre la necesidad de digitalización, automatización etc y hay muchísima información y formación, pero aun así las principales palancas de cambio son una reacción a una incapacidad de los sistemas en las empresas, que les impiden realizar las adaptaciones de sus procesos de negocio a las necesidades actuales.
Mejor dicho, no es que no puedan, sino que el coste en productividad se dispara debido a no contar con las herramientas o aplicaciones adecuadas.
El dedo y la luna
En mi opinión en estos años donde la transformación digital y su necesidad ha sido tan ampliamente tratada en el ámbito de las aplicaciones de negocio. En concreto en el ámbito SMB se ha producido algo similar al proverbio “El dedo y la luna”.
Nos hemos fijado más en el dedo que señala la luna (suplir una necesidad) que en la luna (en vez de en el cambio) quizá porque el entorno de estos años ha llenado de soluciones, que suplen de manera rápida determinadas necesidades, el mercado.
Entorno SMB Microsoft, ¿por qué seguimos mirando el dedo?
En el mundo relacionado con los ERP y CRM SMB, como pueden ser los antiguos Navision o NAV, esto es más evidente. Ante la necesidad de cambio por obsolescencia, evidente en este caso, muchos siguen enfocando el cambio en lo relacionado con el ERP.
Pero también hay que indicar que esto es así no solo por las empresas sino por el propio producto que hasta hace unos años daba pie a ello: tanto a nivel de arquitectura como a nivel de negocio.
Las migraciones a nuevas versiones se han visto históricamente como hechos aislados provocados por una necesidad acuciante y evidente. Siempre de manera reactiva.
Deja de mirar el dedo, mira la plataforma.
En los últimos años la evolución de NAV a Business Central y su claro roadmap al cloud ha provocado un cambio, una disrupción en el modelo que se venía imponiendo tradicionalmente.
Business Central se ha ido acercando e integrando con otras aplicaciones de Microsoft, ha incorporado funcionalidades que le han facilitado la integración con otras aplicaciones no Microsoft.
En definitiva, Business Central se ha incorporado a una plataforma de aplicaciones, un ecosistema de productos con un eje común e integrados nativamente los unos los otros.
En la medida que entendamos que estamos ante un nuevo modelo y que debemos contemplar que la opción no es cambiar la aplicación sino adoptar una plataforma, antes estaremos adaptándonos a una visión de las aplicaciones de negocio capaz de asumir los cambios empresariales de forma más productiva y eficaz.
Solo pensando en la plataforma podremos reaccionar y ser capaces de adelantarnos y estar más preparados. Por ello, es hora de abordar los proyectos relacionados con Business Central de cualquier tipo como proyectos de adopción de plataforma. Business Central ya no viene solo, es parte de una plataforma y es la plataforma lo que debemos incorporar.
Si seguimos solo mirando el dedo y no la luna nos estaremos equivocando, quizá a corto plazo no sea evidente, pero en el medio y largo plazo sí. Miremos la luna.
¿Quieres saber más? ¡Contáctanos! te asesoramos sin compromiso.