A finales de 2019 es innegable que las empresas en mayor o menor medida están inmersas en su viaje hacia la nube, dependiendo del grado de madurez de sus sistemas.
Desde que las nubes públicas son una realidad que avanza como una apisonadora, me preguntaba cuál sería el futuro papel de las empresas fabricantes de hardware, si su papel iba a quedar reducido a venderles los grandes sistemas a Microsoft, Amazon y Google y diversificar su negocio hacia el software. IBM se subió tarde a su carrera por la nube pública, una apuesta tibia cuyo único rayo de esperanza es la adquisición de RedHat y su posicionamiento en soluciones de nube híbrida, única razón por la que el Gigante Azul pagaría $34 billones por una compañía cuyo valor bursátil era de $20 billones.
De HPE se esperaba un movimiento parecido(¿Nutanix?) pero el camino por el que ha optado son las soluciones GreenLake, una solución que crece de forma vertiginosa en facturación según los últimos resultados de la tecnológica de Palo Alto. El camino marca claramente la tendencia a convertirse en una compañía de servicios en un futuro no muy lejano.
Una de las principales ventajas que tiene un entorno de nube es que desaparece la necesidad de dimensionar la infraestructura más allá de las necesidades actuales. En la medida en la que tus requerimientos de cómputo o almacenamiento crecen basta con ampliar la capacidad contratada en la nube. ¿Cómo puede un fabricante de hardware competir con eso? La combinación de hardware + capacidad financiera + software de orquestación/gestión es lo que HPE propone bajo el paraguas de Green Lake.
HPE Green Lake Flex Capacity pretende ofrecer a los clientes todas(casi) las ventajas de la nube pública, pero añadiendo las ventajas de la infraestructura on-premise (control de la infraestructura, gestión y control de la seguridad, coste de ancho de banda, etc.).
La solución consiste básicamente en proporcionar a los clientes la capacidad que puedan necesitar para los próximos n años de forma pre-aprovisionada, capacidad por la que solo pagarán en caso de que la requieran durante toda la vida del contrato. Es decir que disponemos en infraestructura on-premise y pago por uso de la capacidad que requerimos ahora y la posibilidad de crecer a medida que lo requerimos, con la ventaja de que el cliente ha participado en el proceso de selección de la infraestructura. Esto es un servicio, OPEX no CAPEX
Son evidentes las posibilidades que una solución así aporta a las empresas en su proceso de Transformación. Una de las claves del éxito de la solución es obviamente el software que gobierna la plataforma y que de forma predictiva mide, controla y gestiona la infraestructura. Sin embargo, por muy potente que sea una plataforma, la inversión se vuelve inútil (o al menos no tan rentable como se esperaba), si no se ajusta a las necesidades del cliente, no funciona como debe o no se utiliza correctamente de acuerdo a sus capacidades.
Y aquí es justo en este punto (que no es menor), cuando un perfil como el de Sothis, Gold Partner de HPE, se vuelve más necesario. De nada sirve competir con un Ferrari si lo conduce alguien que no es capaz de aprovechar al máximo todas sus capacidades. Con un centro de servicios gestionados capaz de operar la infraestructura de un cliente end-to-end y garantizar los mayores estándares de seguridad, y con el compromiso de ofrecer a los clientes el más alto grado de atención y calidad, la apuesta por los servicios de Sothis sobre tecnología de Green Lake es un valor seguro.